tiempo… el imparable

HOla a todos….

Nuestro tiempo en la Patagonia ha terminando, que triste es volver a escribir esto, pero así es, nuestras 3 semanas en este paraíso llegaron a su fin, pero como dice Salvaterra otro amante de estas tierras «por lo menos estamos acá».

Nuestro tiempo se terminó, muy muy chevere todo, pero igualmente muy muy rápido. Pero así es, todo en esta vida está regido por el tiempo, ese que nunca se detiene, ese que va marcando el ritmo de todas las cosas que hacemos y no está en nuestra manos poder cambiar esto.

Subiendo al Paso SuperiorEn esta nueva visita a la Patagonia, conocimos a la Patagonia fuerte, a la Patagonia dura, a la Patagonia de vientos imparables, de climas extremos, de saber espera, de paciencia y de no desesperar. Durante estas tres semanas el clima no nos dio tregua, fue sumamente malo en la zona del Fitz Roy y del Torre. Como decíamos fue «un clima estable», claro muy estable, nunca llegó a mejorar 😉 se mantuvo malo. Nos dedicamos a escalar en el Chalten, disfrutando del granito que rodea a este pueblito. Probamos un par de vías para auto-proteger super cheveres. Que distinto es escalar en granito tan solido como el de la Patagonia y que distinto tambien es el escalar con un viento que quiere a como de lugar seguir su dirección, sin importar que se le ponga al frente.

Pero no crean que todo fue paciencia y escalada, también fueron asados, caminatas, vacaciones 😀 y nos dedicamos también a conocer mas a la gente que vive por acá, lo que hizo que se fortalezcan los lazos de amistad que habíamos hecho el año anterior y se creen nuevos. Gente muy amable, digna de vivir en este paraíso de la escalada, gente que le aposto por una vida distinta a las de las grandes ciudades, mil gracias a nuestros amigos Chalteños. La gente de Nipo Nino, Mariana, Gerardo, Emilia, Luisito y Fede, que calidad de personas, tomen en cuenta esto y cuando dirijan sus rumbos hacia el Sur, deben pasar por la mejor rotisería del Chalten, NIPO NINO.

Tuvimos la suerte de cruzarnos en el camino de una pareja excepcional como Elena y Roberto, dueños del Hostel «Hay Lugar» 😀 donde nos quedamos, y cuando digo nos quedamos, es porque al final no queríamos irnos, que nos perdonen nuestros padres biológicos, pero allá encontramos a nuestros padres patagónicos, siempre preocupados por que estemos bien, siempre muy atentos con nosotros. Como no vamos a agradecer a la vida, por ponernos en el camino de ellos durante este viaje.

Que gusto fue compartir todo esto con nuestros compañeros de expedición, al Ivan, que nos metió este bichito de venir este año a la Patagonia, a la Carla, al Topo y al Joshua, estos guambras tan fuertes y con tantas ganas de escalar, que quizás les costó un poco adaptarse al clima patagónico, no por lo duro que es, sino porque hasta el momento que los dejamos, no nos había dado chance de nada, pero panas sabemos que tendrán su recompensa por no decaer, por perseverar, paciencia es la clave. Sabemos que la Patagonia les dará su chance, solo hay que saber esperar.

Nuestra piedra en Rio BlancoAsí termina está mini expedición de ultima hora, con muchas anécdotas, muchas enseñanzas y con muchas ganas de volver, como nos dijo Luis, un amigo brasileño que se nos cruzó por ahí, «esto es un vicio». Así es, sin ni siquiera haber dejado la Patagonia, ya nos habíamos dado nuestra buena dosis de calafate, con la seguridad de que regresaremos, de que volveremos a estas tierras de las cuales ya formamos parte.

Hasta pronto Patagonia, ya nomas nos vamos a volver del Ecuador.

SAludos

JOse

Un comentario en “tiempo… el imparable

  1. Increible experiencia, no siempre las condiciones favorecen para hacer lo planeado, pero nunca es tiempo perdido, esta vez han recibido una lección de paciencia y por lo que cuentas las vivencias han sido sumamente gratificantes. Les felicito y la montaña sabrá recompensar la paciencia que han tenido!!

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